top of page

Enfrentar el miedo en lugar de escapar de él, ir hacia eso que nos cuesta, hacia eso que hemos creído que nos supera, que sentimos que nos quiebra. Renacer, renacer atravesando la adversidad, la dificultad, engrandecerte al elegir transitar tu propio infierno, y salir destellante, salir victorioso al tomar consciencia que era sólo una forma de percibir la realidad, que nunca nada fue tan grave, pero al temerle y evitar, al temer conectar con tu vulnerabilidad, lo habías magnificado, cuando tu fortaleza siempre estuvo allí, en asumir tu hermosa sensibilidad, en reconocerte y experimentarte como un todo, valorando y amando cada una de tus partes.

El amor, el amor es abrir tu corazón de par en par, el amor es permitir que se quiebre la imagen que has forjado, esa que has creído que te da seguridad y que te limita, que te sumerge en un estado profundo de infelicidad y te inmoviliza, que te somete a un estado de incoherencia y falsedad. El amor es reconocerte imperfecto y sin embargo caminar, caminar contigo mismo y de la mano de otro, es elegir valientemente la honestidad, es reconstruirte con tus pedazos rotos, es aprender a vivir en tu verdad.

El amor siempre estuvo tras el miedo, sólo tenías que decidir mirar y atravesar, y recordar que lo que has tenido en frente siempre fue lo que necesitaste para transformarte, para rearmarte, para experimentar una nueva y pura manera de amar. El amor siempre ha movido al mundo, el amor es la fuerza de gravedad y reencontrarnos con él es inevitable, es nuestro destino en la práctica, es nuestro destino final.


bottom of page