He comprendido que he estado viviendo un duelo, el duelo de haberme perdido a mi misma. Al colocar la satisfacción afuera, la completitud afuera, me he perdido.
El volver a mí implica reconocer mi poder y aprender a darme, soy la única responsable de amarme. Y esto nos convulsiona, nos genera un corto circuito porque nos han educado para creer que la satisfacción está afuera, que el amor está afuera. Pero si hemos crecido en una sociedad que ha estado desconectada de su propio amor, ¿cómo podía ser diferente? Todos estamos aprendiendo.
Ahora, con esta consciencia que va creciendo en mi, con este reconocer que el tratar de llenarme fuera es intentar llenar un agujero sin fondo, observo y elijo quedarme conmigo, elijo estar conmigo. Temblorosa, sensible y honestamente hermosa, elijo atravesar el vértigo que me hace sentir el vacío de encontrarme sin nada, de encontrarme en la nada, y lo sostengo, me sostengo, elijo caminar conmigo. Con esta nueva forma que estoy aprendiendo de acompañarme, con este aprender a escucharme y no abandonarme, con este comenzar verdaderamente a amarme, elijo llenarme de mi, elijo abrirme a lo que la vida me ofrece y no resistirme a ello, elijo transitar y transformar mi historia desde adentro, el poder nace al estar conmigo, el poder nace dentro de mi.
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