top of page

Elegir crecer, elegir madurar, elegir convertirte en un adulto emocional. Asumir la historia que te ha traído al lugar donde estás, asumir lo que ahora es, asumir la realidad y empoderarte atravesándola, aprendiendo a utilizarla para que se convierta en un pilar, para que se transforme en tu aliada y te brinde estructura y seguridad, la estructura que siempre buscaste, la estructura que siempre sentiste que necesitaste, esa estructura siempre estuvo en ti.

Poner los pies en el suelo, enraizarlos con firmeza en la tierra, manteniendo el corazón abierto, escogiendo abrir el alma de par en par. Elegir mirar y tener la valentía para no resistirte más, para dejar de evitar que caiga lo que ha de caer, para que se derrumbe lo que ya no puede sostenerse más. La fortaleza, el poder espiritual está en mirar lo que se ha de mirar y hacer algo con ello, es elegir accionar, es determinación, es valor, es el más puro coraje, es colmar nuestra experiencia humana de verdad. Armar castillos sin bases que no se hacen cuerpo, que no se hacen carne, que no se plasman en lo real, se terminan disolviendo en el tiempo, se hacen añicos al ver la luz de la honestidad.

Amo y honro mi pasado y a cada una de las personas que han formado parte de él, cada una de ellas ha cumplido su perfecta función para continuar despertándome, para continuar fortaleciéndome, y las libero, me libero, tomo el aprendizaje de lo vivido y asumo la responsabilidad que me corresponde para crear hoy una nueva vida, porque el futuro es hoy y lo que decida hacer con él ahora, ahora. Y luego de haber estado perdida me encuentro, luego de haber estado rota me voy reconstruyendo, voy armándome con pedazos de verdad, de magia, de creatividad, voy aprendiendo a unir todas mis partes, voy permitiéndome brillar, sanándome, reinventándome, dejando espacio para que se exprese el amor, para abrirme a amarme y a amar.



bottom of page