He tomado consciencia que cuando pierdo la confianza en mí me pierdo de mí misma. Me centro en mis carencias, en mis dificultades, en los patrones que repito, y dejo de mirar todo lo demás, dejo de percibir la inmensidad de mi ser, dejo de ver mi belleza real. Dejo de valorar mi honestidad, mi entereza, el gran amor que tengo para dar, la increíble fuerza que me permite levantarme cada día para continuar, dejo de percibir mi bondad, mi humildad, he perdido mi paz. He perdido mi paz intentado ser algo que no estoy siendo en este momento, he perdido mi paz por centrarme en los errores que he cometido o cometo, me fustigo, me lastimo, me convierto en mi mayor tirano, me dejo de amar.
Recibo con los brazos abiertos a este ser humano roto, roto por las exigencias, por no vivir completamente su verdad, por perderse del presente, por preocuparse, por angustiarse, por a veces no estar. No puedo esperar que alguien vea mi potencial si yo no lo estoy mirando, no puedo esperar que alguien confíe en mí si yo no estoy enraizada en mí, no puedo esperar que otro me dé lo que yo me estoy quitando, porque es vacío, porque es efímero, porque no es real.
Confío hoy en lo que soy con las hermosas grietas de mi alma, porque estoy aquí para atenderlas, para curarlas, pero no esperando que sean algo diferente a lo que son, necesito ir allí donde ellas se encuentran y poner atención y amor, aprender a caminar con ellas sin querer eliminarlas, abrazándolas, amándolas. Porque ellas también soy yo, porque en este momento están conmigo y no puedo darles la espalda, porque forma parte de mi proceso de sanación aprender a honrarlas y vivir con ellas, darles lugar en la vastedad de mi corazón, para que se conviertan en potencia, en motor, en verdadero amor, donde lo frágil es a la vez poderoso, donde la vulnerabilidad me levanta y me ancla sobre mis propios pies que se funden en esta maravillosa tierra, desde donde puedo ser quien verdaderamente soy.
Hoy me rindo ante mí, me rindo ante mi verdad, me rindo ante mi oscuridad, porque soy luz, porque soy sombra, porque soy universo, porque soy todo, y emprendo mi viaje con ello, camino con ello, y percibo la belleza del proceso, de este bello y digno humano proceso, de experimentar todo, de ser todo, de ser absolutamente todo lo que soy.
