top of page

El Profundo Sentido del Abandono

Cuánto nos hemos resistido al abandono, cuánto hemos forzado situaciones, relaciones para no atravesar el dolor que conlleva el sentirse abandonado, cuánto tiempo hemos estado abandonándonos a nosotros mismos esperando que algo/alguien externo le ponga solución a ese dolor.


La hermosa verdad, en realidad, es que estamos solos desde el primer momento que habitamos este cuerpo, y a pesar de vivir en relación, siempre hemos estado solos con nosotros mismos.


Buscamos huir de una u otra manera de la realidad, ponemos parches que tapen la herida, corremos incesantemente de nosotros mismos para no sentir, para no ver el terror que habita adentro. Pero la verdad es la verdad, y tarde o temprano se pondrá de manifiesto.


Vivir el abandono, vivirlo a pleno, sentirte desahuciadamente vulnerable, atravesar el miedo a la muerte al no encontrar al otro, tocar fondo, para darte cuenta de que aun sigues con vida, que por ti mismo sigues con vida, que la fuerza reside en ti, la misma fuerza que hace que tu cuerpo se mantenga funcionando, respirando, existiendo. Esa fuerza vital eres tú mismo, el único que puede darte lo que siempre estuviste buscando. Es una falacia pensar que algún otro puede hacerlo, no es real, viniste a levantarte con tus propios pies, a vivir tu fortaleza, a abrazar tu vulnerabilidad y recuperarte, a vivir quebrándote y levantándote.


Es desde ese lugar de profundo abandono que se hace la luz y te das cuenta que estás aquí para poder por ti mismo, que la experiencia de abandono es una bendición que vino a abrirte los ojos, que te nutre, que te arma, que te levanta. Es desde el más profundo amor que comprendes, que ahora verdaderamente comprendes, que el abandono ha sido uno de los mayores regalos de tu vida.




bottom of page