He visto en mí la necesidad de querer "salvarte", de querer tomarte de la mano y mostrarte lo que siento que es verdad, la verdad que siento que también es tuya, que te libera, que te da serenidad. Me he encontrado luchando, forzando, sin respetar tu digno proceso, sin recordar que cada paso que des tiene que ser dado únicamente por ti, que sólo puede ser elegido por ti.
El equilibrio de amar, el equilibrio entre proteger y soltar, el equilibrio de entregarte toda mi luz y luego aprender a quitarme del medio, para que vivas lo que necesitas vivir, para que transites lo que necesitas transitar. Amarte, verdaderamente amarte, confiar en ti, y dejarte ir, para que te reconozcas, para que crezcas en ti, y mientras lo haces quedarme conmigo, aprender a estar conmigo, porque en nombre del amor no quiero tapar ninguna de mis heridas, no quiero tapar mi vacuidad, no quiero centrar en ti mi completitud, mi felicidad, aunque sienta que soy hermosamente feliz contigo, aunque sienta que soy hermosamente feliz contigo.
Porque tengo que aprender a experimentar yo misma mi propia felicidad, tengo que aprender a nutrirme, y aunque me pierda una y otra vez, aprender a residir en mí, es desde allí desde donde realmente te puedo acompañar, desde donde puedo entregarme y entregar, y esa entrega implica reafirmarnos en nuestra libertad, soltarte y soltar, y aunque tema perderte y no volver a encontrarnos, es mi responsabilidad elegir confiar, aprender a fluir con lo que ahora es real, y recordar que estoy atravesando esta experiencia para ampliar mi capacidad de amar.
Hoy elijo liberarme y liberarte, y esperaré por ti sin esperarte, esperaré por ti centrada en mi, y que la vida y la sabiduría de nuestras almas nos indiquen el camino, y que se dé nuevamente nuestro encuentro sólo si estando juntos podemos verdaderamente enaltecer y potenciar el amor, sólo si al estar juntos podemos ser todo lo grandiosos que vinimos a ser a este mundo.
